Survival Instinct {Normal}

Nadie lo creyó posible. Y sin embargo sucedió, ¿eh? Aún parece que era ayer cuando la humanidad vio el fin de sus días...

Rondaban mediados del año 2012 cuando pasó aquello que los mayas llevaban anunciando durante tanto tiempo. De repente, el cielo se abrió y la tierra tembló. El mundo empezó a resquebrajarse y el aire se desvaneció en el vacío. Las llamas brotaron del suelo y treparon por cada uno de los edificios de cada una de las ciudades del mundo. Dicen que la primera de ellas fue Toronto, en Canadá. Puede que tengan razón. A fin de cuentas, es allí donde se sitúa nuestra historia.

El Cataclismo de 2012 fue algo más que un desastre natural. Fue una muerte de la humanidad, un apocalipsis en toda la extensión de la palabra. Todo aquel que se encontrase dentro de una gran ciudad contempló como los rascacielos se le caían encima como torres de juguete. Sólo unos pocos sobrevivieron, aquellos que vivían en las afueras de las grandes ciudades... e incluso esos murieron eventualmente al verse atrapados en un mundo sin electricidad, luz o agua potable. Los recursos se terminaron, los pocos supervivientes empezaron a morir. De mil supervivientes en todo el mundo descendimos a quinientos en el breve lapso de una semana. De quinientos, a doscientos en tres días. Y de doscientos...

Sin embargo, hubo una zona de las afueras de Toronto donde la gente empezó a movilizarse. Un bosque. Aquellos pocos supervivientes que habían quedado en la gran ciudad emigraron hacia el bosque en busca de algún lugar donde cobijarse... y poco a poco se fueron reuniendo en un lugar llamado El Refugio, donde reconstruyeron una diminuta sociedad después de la destrucción.

Ellos fueron los únicos que quedaron vivos en el mundo después del Cataclismo. Cincuenta personas, sesenta a lo sumo... y se convirtieron en la única esperanza de toda la humanidad.

Tras la muerte vino la vida, tras la tormenta sucedió la calma... una calma forzada, artificial. Esas cincuenta personas se vieron obligadas a convivir bajo las peores condiciones que puedas imaginar, y de hecho siguen hacéndolo.

Han pasado seis meses desde que sucedió el cataclismo y la vida aquí no es fácil. Es peor que haber regresado cien años atrás, es caso como haber vuelto a la prehistoria. Olvídate de tus anteriores oficios como estudiante, ejecutivo o doctor... aquí lo único a lo que podrás dedicarte será a la caza, la recolección o la protección del refugio. ¿Comida, agua...? Si llegas a tener más de una ración al día estarás de suerte. Habrá días que ni eso. ¿Amigos? Sí, claro... en un lugar como este, dónde sólo manda el más fuerte, ¿de verdad crees que las relaciones sociales serán lo que han sido siempre?

Enfermedad, miseria, hambre... todo esto es lo que encontrarás en este lugar. Los resquicios del Cataclismo aún perduran en el aire; las memorias de los que cayeron, y además, la plaga de enfermedades que se abrió a su paso. Después de ese Cataclismo muchas personas desarrollaron extrañas malformaciones que han arrastrado hasta hoy. Algunos padecen alucinaciones, ven monstruos donde no los hay y terminan por suicidarse para no sufrir. Otros tienen que ver como su cuerpo empieza a descomponerse incluso mientras ellos siguen vivos. Y otros sufren arranques de ira tan violentos que se convierten en bestias irracionales que arrasarán con todo y con todos a su paso.

Ah sí, las cosas no pintan bien aquí. El instinto es ahora lo que manda; el instinto de supervivencia, de conservación, de salir adelante cueste lo que cueste. No te extrañes si intentan matarte mientras duermes; para los demás sólo representas otra boca que alimentar. Ni te extrañes si te observan desde las sombras; buscan el mejor modo de quitarte del camino. Porque ahora todos son un obstáculo en este nuevo mundo, este nuevo Génesis que justo acaba de empezar.

¿Hasta dónde llegarás con tal de sobrevivir...?